La teniente Carmen Pérez, primera mujer al frente de un puesto de la Guardia Civil en Córdoba.
El Rincón de Góngora
Grandes Mujeres
¿Por qué a las mujeres le cuesta tanto todo? y más en esos puestos minados de hombres, no es selectivo, es una realidad y si en cargos directivos la mujer no es apoyada por el propio hombre o incluso mujer que es peor, se crean redes de que no es válida, no sabe hacer nada, no está capacitada aun formada... etc., etc. Las mujeres la mayoría de las veces es desplazada en puestos de cargos importantes porque sí. Mujer cordobesa, vas a poder con ello: FELICIDADES
El cuartel de Palma del
Río está en manos de una joven oficial de 24 años. A su cargo, 38 agentes,
todos hombres.
La teniente Carmen
Pérez es la primera mujer al frente de un Puesto principal de la Guardia Civil
en la provincia de Córdoba. Para ella eso no es noticia. Su edad, 24 años. Ahí
entiende que pueda causar interés. A su cargo, todos los agentes del edificio
que dirige son hombres. La comandancia marcha como un reloj suizo. Nada de
paternalismos, sin concesiones fuera de la profesionalidad del cuerpo.
Son las 11.45 horas de
la mañana y la teniente Pérez recibe en la puerta a un coche patrulla de la
Guardia Civil después de una operación de fraude alimentario que la ha
mantenido despierta toda la noche. Los agentes tienen que dar cuenta de lo que
se ha llevado a cabo sobre el terreno. La teniente mide las palabras. En su
rostro no hay rastro de cansancio. A ella se dirige un agente que le dobla la
edad como subordinado.
La teniente escucha al
brigada con atención y le da órdenes sin aspavientos. A sus 24 años está al
mando de 38 hombres en la localidad de Palma del Río. Nacida en Pamplona,
Carmen Pérez habla sin dudar, sabiendo que a sus espaldas, de forma simpáticam
comentan que la jefa de Puesto de la Comandancia de Palma del Río es
«insultantemente» joven. «Lo de ser mujer es lo de menos», comenta de paso.
La teniente es la
primera vez que se enfrenta a una entrevista y reconoce que hasta ahora había
podido mantener el anonimato entre los vecinos del pueblo al que llegó hace
apenas unos meses. Un lugar donde todo el mundo se conoce. «Si puedo evitar al
ir a la frutería y decir que soy la jefa del cuartel, lo evito», afirma.
Esforzándose al posar ante el objetivo de la cámara admite, sin reparos, que no
le gustan las fotos ni las preguntas.
"Hay mujeres desde hace
30 años en el Cuerpo. Ellas abrieron camino, yo no".
Tampoco entiende que
esté haciendo algo extraordinario por ser mujer al frente de un puesto
principal del instituto armado. «No he sido la primera mujer en la Guardia
Civil, hay mujeres desde hace 30 años en el Cuerpo. Ellas ya abrieron camino,
yo no. Estoy preparada para el puesto porque me he esforzado a conciencia
durante cinco años en la Academia de la Guardia Civil de Zaragoza para obtener
el empleo de teniente».
Carmen Pérez tiene el
verde de la Guardia Civil codificado en el ADN: Con orgullo, repite que ha
crecido en un cuartel del norte. «Soy hija, nieta, sobrina y prima de guardias
civiles. Lo he mamado desde que era pequeña», asegura. Constituye una vocación
familiar. Nació en 1994 pero aún eran los años duros del terrorismo en Navarra.
Siempre quiso ser guardia civil. Hasta tres veces se presentó a Selectividad
para poder acceder a la Academia. La nota de corte es casi igual que la que se
necesita para cursar Medicina. Durante un año estudió Ingeniería hasta que pudo
dar el salto a la institución que forma a los futuros mandos de la Benemérita.
«Yo soy de los 90 pero
también he vivido los tiempos duros del terrorismo en el norte de España,
aunque no como mi padre o mi abuelo. Viviendo en el cuartel sí he vivido avisos
de bomba. Los bajos de los coches siempre se miraban y se siguen mirado en los
cuarteles», cuenta.
Es la hermana menor de
tres chicas. Su madre es riojana y su padre, directamente, «guardia civil». No
es que no sepa donde nació sino que, aclara, «nosotros no somos de ningún lado.
Cuando te haces guardia civil la primera casilla que firmas es la de moverte
por toda España. Mi padre es eso, de todos lados. Pero yo nací en Pamplona».
Cuando te haces guardia
civil, la primera casilla que firmas es la de moverte por toda España.
"No somos
de ningún lado".
Esta teniente no sabía
dónde empezaría su carrera profesional ni que acabaría entre naranjos de la
Vega del Guadalquivir pero sí soñaba con que fuera en Seguridad Ciudadana, por
eso está contenta con este destino. «Sólo sé que me gustaría acabar en
investigación». Y da un aviso a los futuros aspirantes: «Antes de entrar a la
Academia tienes que saber muy bien qué es lo que quieres y centrarte mucho. Con
16 o 17 años te apetece salir con amigas, y me tuve que quitar de muchas cosas
para llegar hasta aquí».
Por su mesa de un
modesto despacho donde ondean dos banderas pasan desde riñas, drogas, asuntos
de caza, de violencia de género o fraudes de alimentación. Es decir, tratan
«con toda la amplitud del Código Penal. Tienes que saber cómo desenvolverte».
El hecho de ser mujer
no aporta ningún valor añadido al cargo. De eso está convencida la teniente
Pérez. «Creo que al final somos personas, y un hombre o una mujer puede aportar
lo mismo. Ayer mismo tuvimos una mujer víctima de violencia de género en el
cuartel y durante toda la tarde un guardia estuvo haciendo de niñero para
intentar que esos tres pequeños no sufrieran con la situación de su madre. En
este cuartel hay una enorme calidad humana», afirma.
En su trabajo diario,
la responsable del puesto asegura que en Palma la delincuencia es similar a la
de otros pueblos. «No hay más drogas que en otros pueblos. Es una ciudad con
mucha proyección de futuro, donde continuamente se está incentivando la llegada
de empresas. No tengo ninguna queja de cómo me ha acogido esta ciudad y su
alcalde, José Antonio Ruiz Almenara. Demasiado bien. Estoy encantada en este
pueblo».
«Con 16 o 17 años te
apetece salir con amigas, y yo me tuve que quitar de muchas cosas
El recibimiento en el
cuartel, donde se tienen que cubrir ocho plazas, nadie se atrevió a ser
paternal con la teniente aunque tuviera cara de niña y 24 años. «Cuando llegué,
ninguno era así conmigo, no podían serlo. Aquí trabajamos en modo militar.
Todos tenemos que saber dónde estamos y aquí en Palma se sabe de sobra»,
sentencia. Confiesa que el tú a tú entre los agentes es bastante cercano, pero
es militar. «Aquí se abstienen de hacerme cualquier comentario sobre mi edad
aunque lo piensen», afirma con contundencia.
Hasta el momento, para
esta joven teniente es fácil conciliar la vida familiar porque no tiene cargas
familiares. De todas formas, la Guardia Civil, se apresura a aclarar, ha
cambiado mucho. «Cualquiera puede disfrutar de su vida familiar y laboral, no
es como hace 30 años», matiza. Para despedirse, la teniente suspira y admite
que siempre que vuelve a Pamplona visita el Cuartel, aunque ya sus padres no
vivan el él.
"Más que un lugar de trabajo forma parte de su vida".
https://www.lavozdigital.es/andalucia/cordoba/sevi-teniente-carmen-perez-primera-mujer-frente-puesto-guardia-civil-cordoba-201903240917_noticia.html?ns_campaign=rrss&ns_mchannel=lavozdecadiz&ns_source=fb&ns_linkname=seccion&ns_fee=0&fbclid=IwAR2EVHdWnFr3lE4HYsc2Hzhu9PkV1QZ5LclfB-MurvEe_duuI3yIPXMdreU
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