Colau ignora al Govern en su muro a los fusilados del franquismo.
El Rincón de Góngora
Cataluña
GóngoraNs se pregunta por qué: ¿Unos SÍ y los otros NO?
Instala un panel con
los nombres de las 1.706 víctimas del Camp de la Bota al margen del memorial
que idea la Generalitat, que se ausenta del acto.
El Ayuntamiento de
Barcelona descubrió ayer su monumento a los 1.706 fusilados por la dictadura
entre 1939 y 1952 en el parapeto del Camp de la Bota, situado en un terreno de
Sant Adrià de Besòs que quedó sumergido bajo el puerto del Fòrum. La alcaldesa Ada
Colau y concejales de su gobierno acudieron al acto y tomaron la palabra; en
cambio, no asistió ningún conseller ni alto cargo de la Generalitat, aunque se
anunció la presencia de la nueva directora de Memòria Democrática, Gemma
Domènech. El Govern achacó la ausencia a «motivos de agenda».
El repentino
anuncio con el que el teniente de alcalde Gerardo Pisarello destapó hace dos
semanas que el Consistorio colocaría unas placas en el Fòrum con los nombres de
los ejecutados desconcertó a miembros de la Generalitat y el Ayuntamiento de
Sant Adrià que planean desde hace más de un año un espacio de homenaje. Aunque
han evitado explicitar su malestar en público, integrantes del Govern y del
Consistorio de Sant Adrià que han trabajado en una futura doble instalación en
las inmediaciones del desaparecido punto de fusilamiento aseguran que
desconocían el proyecto de Barcelona. Por el contrario, el gobierno de Colau
sostiene que informó a la Generalitat y la población vecina, y que no se le
habían comunicado los detalles del otro memorial en ciernes.
«Barcelona no nos
avisó en ningún momento y no se trabajó para coordinar y planificar ambos
memoriales», afirma uno de los artífices del espacio que esbozan el Govern, el
Ayuntamiento de Sant Adrià y el Consorcio del Besòs, al que Barcelona está
adherido y preside una de sus ediles, Janet Sanz. «Se informó a Barcelona y lo
sabía vía Consorcio», añade la misma fuente, que ve una «contraprogramación» de
la que responsabiliza al comisionado de programas de Memoria de Barcelona, el
historiador Ricard Vinyes.
Instalar un muro con los nombres de los fusilados
como el recién desplegado entra dentro de las ideas que el Memorial Democràtic
de la Generalitat ha barajado para rendir tributo a las víctimas del
franquismo. También ha conjeturado con convocar un concurso internacional para
diseñar un emplazamiento con un mirador que se eleve por encima de la Ronda
Litoral, desde el que se atisbe una señal entre los amarres del Fòrum que sitúe
dónde se hallaba el parapeto. «¿Tienen sentido dos monumentos a 300 metros de
distancia cada uno? Se confunde memoria con elecciones y competencia
electoral», critica el mismo cargo.
Oficialmente, la Generalitat responde que
su monumento y el de Barcelona «son diferentes y complementarios», y «valora positivamente
cualquier acto de recuerdo» a los ejecutados. El Govern mantiene el propósito
de erigir su memorial, al que pondrá fecha en marzo.
Barcelona explica que su
instalación será «repensada» cada dos años, por voluntad de su creador, el
artista Francesc Abad. El Consistorio la defiende apelando al «impulso hasta
ahora inexistente» para dejar testimonio de los caídos. No obstante, los
partidos de Sant Adrià - excepto el PP- aprobaron una moción de ERC en febrero
de 2017 para promover un «proyecto memorialístico de primer orden» sobre los
fusilamientos del Camp de la Bota.
«Nos enteramos por radio macuto del monumento
de Barcelona», cuentan en el Ayuntamiento de Sant Adrià, que manifestó su enojo
a Colau. Entre otros motivos, porque el Ayuntamiento de Barcelona fuese a
ubicar el mural sin aviso previo en un tramo del Fòrum que pertenece al término
de Sant Adrià. El alcalde, el socialista Joan Callau, participó ayer en la
inauguración, tras limarse el desencuentro en los últimos días.
«Aplaudimos
toda iniciativa, pero se ha producido una deslealtad institucional por parte de
Barcelona», opinan en ERC de Sant Adrià, que organiza cada año un homenaje para
reivindicar un lugar digno de recuerdo sobre los ajusticiados en el Camp de la
Bota. En ese acto de partido, previsto para el próximo sábado, sí se cuenta con
que acuda la consellera de Justícia, Ester Capella.
Discrepancias al margen, la
ceremonia resultó conmovedora para los familiares de las víctimas. "Es muy
necesaria, pero llega muy tarde", opinaba Juan, bautizado con el nombre de
su tío, muerto en el exilio y cuyos restos busca. Desde Castellón se
desplazaron a Barcelona tres nietos de Antonio Chaler, guardia civil leal a la
República y militante de la CNT, asesinado en el Camp de la Bota en mayo de 1939.
"Es lamentable que se haya tardado tanto. No sabíamos si había un
monumento aquí. Es muy emotivo que se recupere el nombre de nuestro
abuelo", expresaron sus descendientes tras fotografiarse en la placa en la
que se menciona a su ancestro, en medio de una lista perturbadoramente larga de
ejecutados.
Publicado en El Mundo:
https://www.elmundo.es/cataluna/2019/02/25/5c73464c21efa01e518b46b3.html
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