Las Voces del Pueblo con una Farsa por Ana María Torrijos, escritora de Espanya i Catalans
El Rincón de Góngora
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El Rincón de Góngora os muestra el artículo de Ana María Torrijos, "Una farsa". Cuánto amor desprenden los dos, o se quieren o se odian, QUE DESASTRE de política...
Ésta es la oposición,
una oposición en pleno delirio por perder el control férreo que ejercía sobre
una de la tierras más prometedoras de nuestro país. Los autocares fletados por
la señora Diaz, cargados de actores socialistas de segundo orden, para
suplantar las reglas democráticas de alternancia en el poder por histriónicos
gestos, propios de prevaricadores, es la Farsa caricaturesca de lo que no debe
ser el Estado de Derecho. La candidata a secretaria
general del PSOE, Susana Díaz, durante el acto público celebrado esta noche en
el Centro de Exposiciones y Congresos de Campo hermoso, en Níjar (Almería).
Para cualquier
inteligencia medianamente dotada, le parecerá imposible lo que está sucediendo
en el ámbito político, que es el que marca las líneas maestras del presente y
del futuro, aunque la sociedad también aporte muchos resortes si no se lo
impiden las instituciones.
Las bambalinas que
cruzan el escenario nacional y completan el decorado desde lo alto, están a
punto de desplomarse ante el impacto de una historia escrita por politólogos de
fácil diplomatura y representada por payasos listillos cuya única meta consiste
en darse trompazos o tirarse cubos de agua para entusiasmar al público. Pero ya
hemos crecido, ya no somos niños con sonrisa fácil en los labios y exigimos seriedad,
responsabilidad y decoro. El estado del paciente es delicado, pues ésto es
España en los momentos actuales y si no se ponen medidas salvadoras, entrará en
colapso.
Los engaños repartidos
por doquier apabullan a la ciudadanía y contaminan la realidad diaria, haciendo
ver que se cumple con las necesidades básicas cuando en realidad se quedan sin
resolver en muchas ocasiones. Ahora se ha redactado un nuevo proyecto con el
impulso catalán de fondo para poderlo representar en las tablas andaluzas. Por
fin, la crisis que se venía gestando desde hace años en Cataluña, ha encontrado
un espacio fértil en el Sur andaluz, arranque firme para que desde allí se
busquen los aplausos al caer el telón.
Se puede llegar muy
lejos, pero también se puede quedar en un ensayo, uno más de los varios que se
han emprendido y han pasado sin el entusiasmo de los espectadores. En estos
momentos son tres los actores y pueden reconducir el disparatado argumento que
el señor Sánchez representa con copilotos nefastos para el Estado. Este acuerdo
requiere capacidad para poner como primer ingrediente la estabilidad nacional.
Sería delirante que sectarismos de partido frustraran ese necesario cambio. La
formación de Rivera ha de olvidar su tan infantil miedo a acercarse a posturas
de derechas, la de Abascal ha de intentar suavizar sus exigencias y la de
Casado ha de saber tener un equilibrio entre sus dos acompañantes. Ésto no les
obliga a perder su talante programático, únicamente se les reclama que pongan
por encima de cualquier otra meta, la salvaguarda de las Instituciones y la
continuidad de la Nación española.
Ofende oír desde los
portavoces del gobierno socialista, desde algunos informativos, vaticinar el
desastre sobrevenido a causa de la nueva alternativa en tierra andaluza.
Estigmatizan los pactos, los califican de contrarios a la democracia y hasta
los tachan de involucionistas, y lo hacen los que han asumido la dirección del
Ejecutivo nacional por medio de una aberrante sumisión ante revolucionarios y
secesionistas. Pero también hacen ostentación de un cinismo vergonzante los
avispados de turno al vocear unos y otros que aires fascistas han colaborado
para nombrar el candidato a la Junta. En la agenda sindical y en la de ciertas
asociaciones podemitas, ya ocupan un espacio manifestaciones, según ellos
reivindicativas de la democracia, de la honradez, de la defensa de la
solidaridad y en primer lugar de la mujer.
En el ambiente
reinante, creado por centrales mediáticas, todo lo que no rezume toques de
izquierda es contrario a los derechos avalados por la Constitución: reclamar
rebaja de impuestos es querer ir en contra de las ayudas sociales, pedir
libertad de lengua vehicular en la escuela catalana es ir en contra de
Cataluña, exhibir una bandera española es ser fascista, revindicar una
inmigración legal es ser xenófobo y así infinidad de ejemplos.
Es imprescindible
rectificar estas presiones sobre la sociedad porque la verdadera libertad
requiere respeto al que piensa diferente a ti, teniendo en cuenta que su
opinión está enmarcada por la ley y la mejor réplica es la fuerza de la palabra
con una buena argumentación. Lo que no puede considerarse como normal y
verdadero, es el achacar al oponente de poner en peligro la esencia misma de la
democracia si tú pactas con los enemigos de la Nación, que es la que da carta
de existencia al Sistema constitucional.
Una sociedad capaz de
asumir su protagonismo debe tener claro lo que quiere y a partir de ahí poner
en práctica los resortes adecuados. Éstos pueden ser muchos, por cierto
olvidados durante años, de ahí el delicado instante que se vive. Estar en
asociaciones cívicas no subvencionadas por el poder político, frecuentar los
plenos de los ayuntamientos, los consejos de barrio, leer en los boletines
oficiales las reseñas de las medidas tomadas, son los ingredientes necesarios y
no presentes en el decorado montado para representar la obra “El gran teatro de
la democracia”.
Los apuntadores
parlamentarios no juegan bien su papel al decir que el candidato del PP debe
lavarse la boca y que su plan de gobierno está vacío, sin contenido. Ésta es la
oposición, una oposición en pleno delirio por perder el control férreo que
ejercía sobre una de la tierras más prometedoras de nuestro país. Los autocares
fletados por la señora Diaz, cargados de actores socialistas de segundo orden,
para suplantar las reglas democráticas de alternancia en el poder por
histriónicos gestos, propios de prevaricadores, es la Farsa caricaturesca de lo
que no debe ser el Estado de Derecho.
Ana María Torrijos
Publicado por Las Voces del Pueblo
Informando El Rincón de Góngora
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