Oro de Carlos Garrote, el hombre detrás de Saúl Craviotto.
El Rincón de Góngora
Grandes Hombres Deportistas
"Ha costado ¡eh!", recordaba Carlos Garrote en el abrazo a su madre al convertir la ceremonia de su oro en el K1 200 del Mundial en una fiesta. "Oé, oé, oé", botaban sus familiares y amigos, muchísimos eran. Habían llegado el día anterior desde Zamora, donde nació, o desde Trasona, donde se formó, y traían rojo uniforme, banderas y ganísimas de jarana. El canal a orillas del Mondego, el río más largo que recorre exclusivamente Portugal, parecía exclusivamente español. "Somos campeones del mundo", sólo acertaba a gritar Garrote media hora antes cuando, justo después de la final, el speaker del campeonato le reclamaba unas palabras. Su euforia correspondía al éxito conseguido, por supuesto, pero también a lo sufrido los años anteriores.
Porque Garrote tiene 27 años y su primera medalla internacional llegó sólo hace unos meses. Porque Garrote estuvo mucho tiempo tapado por otro palista: Saúl Craviotto. "Creo que Saúl va a ganar hasta que me jubile", comentaba en 2015 después del enésimo Campeonato de España perdido. Ahora es difícil considerar cómo le afectó el asunto. La excelencia de Craviotto en su misma prueba le negó victorias y plazas en eventos como los Juegos de Río 2016. Pero, a su vez, su competencia obligó a Garrote a mejorar hasta alcanzar su nivel actual: ahora ya es el primer español de la historia que consigue ser campeón de Europa y del mundo el mismo año.
Con Craviotto centrado primero en la televisión y después en el K4, Garrote ha podido explotar más allá de lo esperado. En la final del Mundial de este domingo, mandó desde el principio, aunque finalmente acabó sólo 107 milésimas por delante del lituano Arturas Seja, que también le acompañó en el podio del pasado Europeo. Al cruzar la meta, el español miraba a su entrenador Luis Brasero para saber si había sido oro o plata. "¡Primero, primero!", le señalaba éste con el índice y la foto finish le daba la razón. Era el único oro de España en un Mundial de piragüismo que terminó con cinco medallas, más o menos las esperadas. Lejos de las potencias del deporte, Alemania, Hungría o Rusia, pero con opciones de cara a los Juegos de Tokio 2020. Al fin y al cabo, tres de los cinco podios fueron en distancias olímpicas: el oro de Garrote, la plata el sábado de Craviotto y Cristian Toro en el K2 200 y la plata este domingo del K4 500.
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